miércoles, noviembre 22, 2006

DISCÍPULOS DE AUSCHWITZ
Hoy me han torturado. Y segun dicen me han torturado por mi bien... vamos que he ido a que me hagan un masaje y... empezaré por el principio. En la productora de tv en la que trabajo, pusieron a nuestra disposición una fisioterapeuta ( recordad que soy titiritero, y aunque no lo parezca es un trabajo letal para el físico ). La "fisio" de marras es Mónica, aunque nosotros la llamamos "la gestapo" "la doctora Mengele" o simplemente "Cobra".
Tambien se encarga de ponernos fuertes, o sea de entrenarnos un poco para que el esfuerzo físico no se tanto mientras grabamos. Cuatrocientas abdominales nos tragamos el otro dia, y me quedó el cuerpo que cuando caminaba parecia que iba estreñido.
Hace poco, por culpa de un meñeco de latex insulsamente pesado y mal hecho, sufrí una lesión llamada síndrome del desfiladero que es más o menos por la clavícula. No sé si lo del desfiladero existe o la "Cobra" me lo dijo para cagarme de miedo. Lo cierto es que cada semana voy a que me toque y me dé electrodos y ondas sonoras ( ¿entendeis lo de Gestapo? ). Hoy he vuelto y me ha echo una masaje super relajante que me he quedado con cara linda. La cagada ha sido cuando le he dicho que tenia molestias en las lumbares de dormir mal... y ahí ha empezado el siniestro. Mientras la tia me iba chafando los musculos de la espalda y yo chillaba como una niña que se ha pelado las rodillas, va y me saca de un cajón unas agujas. ¡Unas agujas!
YO-Perdona... pero... ¿no iras a pincharme?
COBRA-Solo un poco, con una aguja me basta, no te dolerá, son muy finitas.
YO-vale solo una... y porfa.... que no me duela.
¡Qué coño una! ¡4 agujas me ha clavado la muy sádica en 2 tandas! Cuando sentia la primera penetrar en mi organismo se me ha pasado por la mente imagenes de Saw, la dictadura chilena y los videoclips de Marilyn Manson . Qué angustia, la virgen. La cuarta ha sido la peor, ya que he notado como una sensación de muerte me subia por la espina dorsal. Como mañana no se me quiten las molestias en las lumbares le voy a clavar las agujas donde el clitoris pierde el nombre. He salido de ahí con una cara como la de Casper el pequeño fantasma, con la sensacion de haber sido banderilleado como un vulgar morlaco y el dolor punzante en la espalda. Evidentemente, he ido ipso-facto al bar más próximo a encenderme un cigarro y a tomarme una caña y me he quedado muchísimo mejor. Y dicen que fumar es malo.

Esta es la aguja de la muerte.

La chica me la ha dado de recuerdo

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