ARRIVEDERCI TONY.
Llevo un par de meses triste. Es el tiempo que hace que vi por fin, el último episodio de "Los Soprano". Esta serie me enganchó desde el primer episodio y a base de "mulazos" he conseguido ver las 6 temporadas en 2 años.
Nunca he entendido porque este magnífica serie no ha tenido el éxito que le corresponde aquí en España; serian los horarios de emisión, la sobrecarga de otras series, que tiran más a serial barato...
En fin... da igual. Lo que importa es que Tony Soprano ya no está. Se lo cargaron en una cafetería junto a su familia. Una escena preciosa, con el tempo medido, el suspense justo y con un aire que recuerda a la ejecución de Sollozo en "The Godfather".
Y todo es muy triste. Cada vez que escucho el "Don't stop believing" de Journey, me da un vuelco en el estomago recordando al capo Soprano. Además todo el último episodio es enternecedor. Ya sabes que vas a ver por última vez a cada personaje con sus leitmotivs: el pequeño Soprano como un blandengue inútil, Little Paulie siempre fiel a Tony con sus absurdas fobias, el consigliere Silvio en el hospital recuperándose de sus heridas, el tio Junior medio loco y senil en un geriatrico público... Personajes que después de 2 años les coges cariño y puf! se volatilizan.
En EE.UU. hubo record de audiencia el día de la emisión del episodio, y un tanto por ciento elevado se indignó por lo raro que fue el final donde dicen que no se entiende nada. Se entiende todo y el director David Chase le dio el final digno al lenguaje que ha tenido siempre la serie, con todos esos simbolismos que a elevado la serie no solo a un lenguaje televisivo sino también artístico. Eso es, puro arte.
Por tanto y con lagrimilla en el ojo, ahora solo me queda comprar poco a poco las temporadas y colocarlas flamantes en mi estantería. Y con todo mi pesar os dejo con la muerte del capo di tutti li capi de New Jersey. Salute!!!